
El verano es la época del año que más tomamos el sol (además de generar muy buen rollito que nos hace estar más alegres y positivos).
Esto es debido a las altas temperaturas y a que aprovechamos para estar más tiempo al aire libre. Las piscinas y playas son esenciales para broncearnos de manera eficiente.
Pero no todo es bienestar, pues al tomar el sol en la playa podemos sacrificar la salud de nuestra piel y de nuestro cuerpo.
En esta ocasión te explicaremos las ventajas e inconvenientes de tomar el sol en la playa y los cuidados que debes tener para tener máxima vitalidad de tu piel durante el proceso.
Tabla de Contenidos
Principales beneficios de tomar el sol en la playa

Creación de Vitamina D
El mejor beneficio del sol se ve reflejado en nuestra piel, ya que nos ayuda que con la creación de vitamina D. Esta vitamina está presente en pocos alimentos, pero tiene múltiples propiedades benéficas para el cuerpo humano, especialmente para los huesos. La vitamina D, es una de las propiedades del sol , que ayuda a que los huesos puedan absorber el calcio, manteniéndose fuertes.
Hay que tener en cuenta que para que el cuerpo logre sintetizar la vitamina D de forma natural, será necesaria la exposición al sol. Esto no significa que podamos estar horas bajo el sol, simplemente con 15 minutos de exposición solar, con un mínimo de tres veces a la semana basta.
La exposición debe hacerse de manera directa, es decir, no sirve con tomarlo desde la ventana de nuestra casa (no captaríamos la vitamina D).
Fortalecimiento de las defensas, mejora la respiración y aumenta la resistencia
Tomar el sol en la playa o en la piscina contribuye también, (según la Academia Española de Dermatología y Venereología) en que mejora nuestro tono muscular y sobretodo, nuestra resistencia. Además de esto también se fortalece el sistema inmunológico (aumentando la cantidad de glóbulos blancos en la sangre).
La luz solar estimula las terminaciones nerviosas y si necesitas mejorar la capacidad cardiovascular o los procesos respiratorios, es muy recomendable realizar actividades deportivas debajo del sol.
Presión y tensión sanguínea
Un estimulante de los vasos sanguíneos de la piel es la luz solar, es por esta causa que aumenta la circulación de la sangre yendo hacia el exterior del cuerpo, disminuyendo de esta forma la presión arterial.
Un aspecto interesante de este proceso tiene que ver con la presencia de la vitamina D, puesto que ella regula los niveles de la hormona tiroidea, lo que también regula la presión arterial.
Hay que tener en cuenta que todas las personas no son iguales, lo que es bueno para unas no lo es para otras. La exposición al sol se recomienda si la persona sufre hipertensión, pero para alguien que sufre de tensión baja no tanto, pues puede producirse una Lipotimia.
Regulación del Colesterol
Según diversos estudios los niveles de colesterol de algunas personas de la población suelen ser menores durante los meses de verano.
Una explicación suele ser que en verano se hace mucho mas ejercicio (promovido principalmente por la cantidad de horas libres que tenemos). Por otra parte, se ha tenido constancia que la luz solar ayuda a metabolizar el colesterol cuando nos exponemos a esta.
Estabiliza la piel
Se ha demostrado bajo diversos estudios (en especial uno hecho por la Asociación Británica de Dermatólogos) que tomar el sol con cierta moderación y regularidad, ayuda a estabilizar las pieles afectadas por la psoriasis o el acné.
Mejora el estado de ánimo, sueño y hasta el sexo
Proporciones pequeñas de los rayos ultravioletas estimulan en cierta parte la producción de endorfinas y serotoninas.
Estas sustancias están encargadas de relajar al organismo y en cierta parte funcionan como antidepresivos. Además, ayudan a regular las constantes vitales (como suele ser la temperatura corporal). También la testosterona puede llegar a aumentarse debido a la radiación solar (proporcionando a los hombres de más energía y apetito sexual).
Principales inconvenientes de tomar el sol en la playa

Hasta aquí hemos hablado de todos los beneficios y ventajas que tiene tomar el sol. Pero como casi todo en la vida, hay partes que también son negativas:
Problemas con las quemaduras y la insolación
Quizá es un problema obvio, pero muchas personas prefieren dejarlo de lado. La consecuencia inmediata de tomar sol demasiado tiempo sin ningún tipo de protección es el enrojecimiento de la piel a causa de las quemaduras.
Si la exposición es lo suficientemente alta o el sol pica más fuerte, la persona puede llegar a sufrir quemaduras de segundo grado, dolor de cabeza y hasta estados de fiebre relacionados con la insolación.
La insolación es un padecimiento que se es provocado por el golpe de calor o el excesivo ardor del sol sobre la cabeza. Suele provocar nauseas, fiebres, vómitos, ardor en los músculos y en la piel. El golpe de calor se suele propiciar en un ambiente de poca ventilación o con alta humedad, no se produce exclusivamente por exposición directa o indirecta al sol.
Cáncer en la piel
Dentro de la categoría de cáncer de piel existen varias clases y categorías. Entre ellos destacan los melanomas y los carcinomas, según la Asociación Española Contra El Cáncer, en ambos casos, el riesgo de aparición implica la exposición a los rayos ultravioletas. Es por eso que se recomienda tomar el sol en invierno más que en verano.
Se identifican dos tipos de rayos ultravioletas que suelen propiciar el padecimiento de cáncer de piel, los rayos tipo B o UVB y tipo A o UVA. Las radiaciones en la piel de estas ondas alteran el ADN de las células de la epidermis e impiden su reparación propiciándose así el proceso de la formación del cáncer.
Aparición de Melanomas
Tomar el sol demasiado tiempo en la playa sin ningún tipo de protección también propicia la aparición de melanomas, un tipo de cáncer de piel que es bastante frecuente. Las células afectadas son exactamente los melanocitos, productoras de melanina, cuyo pigmento le da color a la piel.
La culpa de nuevo suele caer sobre los rayos ultravioletas quienes alteran el ADN haciéndolos crecer indiscriminadamente.
Aquí tiene que ver mucho más la tolerancia que tiene cada persona con respecto a los rayos ultravioletas. Esta tolerancia depende de la cantidad de melanina que tenga la piel del individuo.
A mayor cantidad de melanina o pigmento que tenga la piel, mayor será la protección natural de la misma. Por esta consecuencia, los melanomas suelen afectar a las personas de piel blanca o de ojos claros.
Envejecimiento de la piel prematuramente
Según la longitud de la onda de los rayos UV, se explica lo siguiente, la radiación UVB produce eritema y principalmente altera el ADN de la piel para la creación de cáncer.
Mientras que los rayos UVA se conocen por afectar la zona subcutánea, alterando las fibras de colágeno y elastina. Esta última afecta al envejecimiento la piel (haciendo que sea más prematuro), que con el paso del tiempo se torna áspera, adquiere arrugas y se vuelve más gruesa.
Trastornos visuales
Mientras que la piel es más propensa a ser dañada en las horas del mediodía, la vista por otra parte suele ser más susceptible a daños durante el amanecer o el atardecer.
Los efectos dañinos de la radiación solar suelen ser más corto plazo que a largo plazo, además pueden ser acumulativos y permanentes. Los trastornos van desde ligeras conjuntivitis hasta cataratas, nunca se debe mirar al sol directamente con la vista descubierta.
Recomendaciones para tomar el sol en la playa

Ahora que ya conoces los aspectos negativos del sol, vamos a darte unos consejos para que puedas hacerlo de la forma más segura posible.
Tomar el sol con moderación
La mejor defensa que puedes tener para cuidar tu piel es la moderación a la hora de tomar el sol. No importa si usas una crema con factor 50 o 90 para proteger la piel, si estas demasiadas horas en la playa puedes quemarte igual. Al final ninguna es 100% efectiva. Es mejor tomarlo máximo 2 horas y media seguidas.
Usar cremas con niveles de protección altos
Usar los llamados bloqueadores solares (que no los bronceadores) agregan un grado de protección a la hora de tomar sol. El factor protector dependerá casi exclusivamente del tipo de piel y del modo de empleo del protector solar.
La aplicación en la piel debe darse 25 minutos antes y renovarla cada dos horas de exposición solar. Se puede medir en cucharadas la cantidad necesaria, siendo una cucharada para cuello y cara, dos para el torso y espalda, una para cada extremidad superior y dos para cada extremidad inferior.
Ten en cuenta esto, la Asociación Estadounidense de Dermatología determino lo siguiente, un SPF de 15 protege un 93% sobre los UVB, los de 30 SPF cubren un 97 %, los de 50 protegen un 98%, pero se estanca aquí. Mientras más SPF no subirá más la protección solar.
Vigilar el tiempo de exposición al sol
El tiempo de exposición a la luz solar es un factor muy importante. Podemos buscar gafas oscuras, gorras, y demás para protegernos, pero el tiempo será esencial. Se deben evitar las horas con mayor incidencia solar, es decir desde las 10am hasta las 4pm.
Las primeras exposiciones al sol deben ser progresivas, es decir, ir recibiendo sol en periodos de 10 -15 y 20 minutos preferiblemente en movimiento.
Mantenerse siempre hidratado
Es algo común y un cliché muy repetido, pero si quieres cuidar bien tu organismo principalmente en verano, debes mantenerte hidratado. De esta forma, tanto la piel como los demás órganos podrán regenerarse de manera efectiva de los efectos del sol.





